Cuba resistió, mantuvo firme su bandera de dignidad a costa de enormes sacrificios.
Se lo veía venir, pero aún así la noticia fue una tremenda sorpresa, halló desprevenidos y descolocados a los observadores y analistas más avezados y a la gran mayoría de los medios de prensa. A comienzos de año supimos que encuestas muy serias establecían que la mayoría de los estadounidenses, sobre todo los de ascendencia latina (incluidos los de origen cubano), eran partidarios del levantamiento del bloqueo contra Cuba. En ese momento supimos que la medida tocaba a su fin y así lo dijimos en esta columna.
Sin embargo estuvimos muy lejos de imaginar la magnitud y profundidad del valeroso acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama, dado a conocer el 17 de diciembre, y menos que éste fuera el resultado de una larga negociación, sostenida en términos de impecable secreto con la mediación del papa Francisco y los auspicios de Canadá. La primera reflexión que se nos ocurre, entonces, es que todavía tiene un sitio la diplomacia en la solución de controversias entre Estados, lo cual es digno de tomar en cuenta por propios y extraños.
Pocas semanas antes, por informaciones periodísticas supimos de algunos extremos, verdaderamente ridículos, del embargo comercial económico y financiero de Estados Unidos contra la isla caribeña: i) el New York Times informó que Elaine Díaz, docente de la Universidad de La Habana y autora del blog La polémica digital, tiene una beca para hacer un curso en Harvard, de pronto el Bank of América le notifica que no puede seguir operando su cuenta, porque sus registros indican que ella es una ciudadana cubana, “país sujeto a sanciones económicas generales”.
ii) Hay dificultades y atrasos para el pago de viáticos a los médicos voluntarios cubanos que están trabajando en Sierra Leona en un encomiable esfuerzo por combatir la epidemia de ébola. “El hecho de que son cubanos ha limitado mucho la transferencia de fondos y el pago”, explicó a la AP en una entrevista exclusiva el representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS), José Luis Di Fabio.
iii) Por segunda vez en este año Estados Unidos sanciona con una multimillonaria multa a un banco europeo, esta vez al Commerzbank de Alemania, que deberá pagar 1.000 millones de dólares por efectuar operaciones financieras con Cuba, dice un despacho de Prensa Latina desde Washington, fechado apenas 24 horas antes del histórico anuncio.
Estos tres ejemplos actuales, rayanos en lo grotesco, son una pálida muestra de las penurias por las que ha tenido que atravesar el pueblo cubano a consecuencia del bloqueo, que dura más de medio siglo, y que ha estado acompañado de una incalculable lista de acciones hostiles, desde la conspiración para asesinar a sus líderes, hasta las agresiones cibernéticas y las sanciones financieras extraterritoriales a países e instituciones no estadounidenses que negociaban con Cuba. Ya estaba de buen tamaño. “No hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista”, dice la conseja popular. Cuba resistió, mantuvo firme su bandera de dignidad a costa de enormes sacrificios, y por semejante proeza, será recordada en el futuro.
Sin hacernos demasiadas ilusiones, porque sabemos los intereses que están en juego, hay que admitir que en la nueva situación creada algunas cosas empezarán a cambiar, tanto en Cuba como en Estados Unidos, y entre Estados Unidos y América Latina. Pero de esos temas nos ocuparemos en el nuevo año que está por llegar. ¡Felicidades para todos y todas!