En agosto de 2009, durante la Feria del Libro en La Paz, Néstor me invitó a comentar la segunda aparición de uno de sus libros más antiguos. Lo que dije en aquella ocasión sirve para recordarlo a una semana de su partida.
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“Cuba: Paloma de vuelo popular” de Néstor Taboada Terán aparece en su segunda edición después de casi 45 años de haberse publicado por primera vez.
Se trata de una obra del clásico género de “crónicas de viaje”, pero donde no solamente aparecen reiteradas las habilidades magistrales del narrador literario, sino también sus cualidades de gran comunicador periodístico, faceta de la que el autor ha dado abundantes testimonios a lo largo de muchísimos años. Fue director del suplemento Pueblo y Cultura del diario Opinión de Cochabamba y de las memorables revistas Cultura Boliviana y Letras Bolivianas que publicó en las universidades de Oruro y Cochabamba, respectivamente, además de innumerables artículos difundidos en revistas y periódicos.
El género “crónicas de viaje” ha tenido y tiene muchos cultores. El académico y autorizado bibliógrafo José Roberto Arze nos recuerda que a nivel de los clásicos mundiales podrían mencionarse a Cristóbal Colón, Marco Polo, Charles Darwin, a los naturalistas Humbolt, D´Orbigny y Keyserling y a muchos otros. En nuestro país Arze nos informa que podrían citarse por lo menos medio millar de trabajos de este tipo, aunque con muy desigual valor literario e historiográfico. Entre tantos otros autores bolivianos están por ejemplo, en el Siglo XIX, los “Recuerdos de mi regreso de Europa a América” de Narciso Campero, y más próximos ya en el Siglo XX, los tan mentados “El Perú que yo he visto” y “El Chile que yo he visto” de Gustavo Adolfo Otero, “Bucarest-Moscú-Praga” de Eduardo Ocampo Moscoso, los premonitorios “China: el gigante despierto” de Germán Quiroga Galdo y “Cuba: socialismo en español” de Amado Canelas, y también el picaresco “Andalucía cada día” del recordado Jorge Ovando Sanz.
En esta segunda edición de “Cuba: Paloma de vuelo popular”, destacan esa proximidad y afinidad entre literatura y periodismo que encarna el autor, aun a sabiendas de que ambas expresiones culturales no son una y la misma cosa. Quizá en Taboada predomina el literato por la influencia de su vasta producción, pero no está ausente el periodista como lo demuestra una parte importante de su labor y en particular la obra que comentamos. Libro que muchos de los jóvenes de aquellas épocas leyéramos con avidez, pues satisfacía la enorme expectativa y las grandes esperanzas que despertó en nuestra generación la revolución cubana.
“Paloma de vuelo popular”, se inicia el momento mismo de la partida de Néstor del Aeropuerto de El Alto, en junio de 1962, y en su primer capítulo “Rumbo a la Tierra Prometida” nos cuenta su breve estadía en Panamá y las impresiones recogidas en algunas semanas de estar en México. Como ocurre a la largo de toda la obra, no pierde ninguna ocasión para relacionar sus vivencias y observaciones con el acontecer boliviano. De ese modo nos enteramos, por ejemplo, de la visita del pintor muralista mexicano Diego Rivera a La Paz, donde pudo apreciar los murales de Alandia Pantoja y Solón Romero.
En el segundo capítulo se vale de una célebre frase de Colón para destacar la belleza del paisaje cubano “la isla más hermosa que ojos humanos vieron”, pero no se queda en la simple geografía física sino que traza sabrosas pinceladas sobre la geografía humana de Cuba en aquellos tiempos, el colorido del carnaval, la “alegría combatiente” del pueblo y cómo de la noche a la mañana la gente pasa del baile al trabajo voluntario en el corte de caña, la zafra en la que el propio Néstor participó con otros escritores y artistas latinoamericanos. Evidenciando una vez más su olfato periodístico, sin seguir un orden cronológico, más bien dando un énfasis a lo temático, destaca en este capítulo la religiosidad popular en la semana santa pues no hay que olvidar que en los primeros años del década de lo 60, la Iglesia Católica fue instrumentada como punta de lanza ferozmente anticomunista y anticubana. Y también su visita a la región de Cojimar, donde Ernest Hemingway vivió y se inspiró para su célebre relato “El viejo y el mar”, este apartado es uno de los mejores logrados del libro y digno de figurar en cualquier antología referida al escritor estadounidense. Cierra este capítulo la descripción del desfile y la parada militar del 2 de enero de 1963, las partes salientes del discurso de Fidel Castro y la entonación emocionada y solemne de la Internacional al cierre del acto.
En un tercer capítulo, Occidente y Oriente, Néstor Taboada cuenta de sus visitas a granjas, minas, fábricas, escuelas y el entorno de la base militar de Guantánamo, territorio ilegalmente retenido hasta hoy por Estados Unidos. Sobresalen la reproducción de diálogos que conservan la forma especial del hablar de la gente cubana y las constantes referencias a Bolivia, por ejemplo la mención al guerrillero de la independencia Manuel Victorio García Lanza (citado por el historiador Nicanor Aranzaes), en su aspiración a una educación completa de los niños a cargo del Estado.
En el cuarto capítulo, vuelven a sobresalir las dotes periodísticas de Nestor Taboada, se trata en realidad de una serie de notables encuentros con sus colegas, el escritor Lisandro Otero y el laureado poeta Nicolás Guillén, del que precisamente toma prestado el título de “paloma de vuelo popular”, y también con el cosmonauta soviético Pavel Popovich y con el derrocado presidente guatemalteco Jacobo Arbenz. Cada uno de estos trabajos publicables por separado, producto de observaciones y diálogos, tienen el sabor periodístico del reportaje que es precisamente hijo de la crónica y la entrevista, al decir de Daniel Samper.
El capítulo V se refiere a la famosa “crisis del caribe” de 1962 y es un vigoroso testimonio, escrito a manera de diario, desde el 22 hasta el 28 de octubre, de cómo se experimentó esta situación desde dentro mismo de los hechos. “He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe” escribiría después el Che sobre aquellos días en su conocida carta de despedida a Fidel Castro. Si algo podemos observar en esta parte del libro, sin desmerecer su alto valor periodístico y testimonial, es quizá un cierre abrupto, que nos deja un sabor a inconcluso, quizá por su decisión de no ingresar a diversos aspectos polémicos que desató el desenlace de la crisis en ese entonces. Por ello, según Taboada informó, en esta segunda edición incluyó un fragmento de las declaraciones del líder cubano al periodista Ignacio Ramonet en 2006, en lo que viene a ser la única modificación con respecto a la primera edición de 1964.
Un aspecto remarcable de la obra son los anexos y el abundante material fotográfico. Está la célebre II Declaración de La Habana, de febrero de 1962, que los jóvenes de los años 60 no sólo leíamos con avidez sino que escuchábamos conmovidos su lectura en voz de Fidel Castro en enormes discos de vinilo, los recordados “long plays” que entonces circulaban. Pero además, una traducción de este documento al quechua, en un esfuerzo notable de Ángel Herbas y Efraín Casazola.
Para cerrar un par de apuntes imprescindibles: el contenido de este libro posee una gran utilidad para que las nuevas generaciones de latinoamericanos, que no vivieron directamente los acontecimientos históricos, valoren la magnitud y profundidad del impactante influjo que tuvo en esos momentos la revolución cubana. Pero también y en un amplio sentido pedagógico, lo encuentro útil para las nuevas generaciones cubanas, quizá el trabajo de Néstor Taboada, lleno de frescura y buen humor sin dejar de ser comprometido, pueda aportarles diversos elementos de reflexión sobre el proceso que han heredado y quizá les permita hacer comparaciones y paralelos sobre ese entonces y los tiempos actuales, sobre los sueños que movilizaron a sus padres y abuelos y lo que se alcanzó o no en la realidad.
(De las palabras de presentación de la segunda edición del libro “Cuba: Paloma de vuelo popular”. La Paz, feria del Libro, agosto de 2009)
Carlos,
Un articulo muy interesante y que hace honor a un excelente escritor , “Cuba Paloma de vuelo popular “ fue el primer libro que lei de Nestor Taboada Teran en la primera edición, me emociono mucho y lo recomende muchas veces , tiene tambien unos cuentos magnificos y otras obras que valen mucho . Bien merecido el homenaje a este escritor que vivira mucho tiempo mas a traves de su escritura.
Alvaro