Cursaba el tercer año de la secundaria en el colegio nocturno Teodomiro Beltrán de Cochabamba, cuando participé por primera vez en una manifestación. No había aún cumplido 15 años. El motivo era que la revista Time de los Estados Unidos había publicado un exabrupto contra Bolivia. Estudiantes secundarios y universitarios de todo el país salieron a las calles en son de protesta y en muchos casos atacaron oficinas y otras instalaciones norteamericanas. En La Paz los disturbios fueron particularmente graves y los organismos policiales tuvieron intenso trabajo. Luego se supo que en las refriegas del lunes 2 de marzo había caído un estudiante: Isidoro Condori. El hecho nos golpeó con rudeza pues él provenía de un colegio nocturno como el nuestro, el famoso Ayacucho de La Paz. Supongo que su tema fue muy mencionado esos días y seguramente se le rindió algunos homenajes al joven estudiante fallecido, a ello atribuyo que su nombre y la fecha hayan permanecido en mi memoria en estas casi seis décadas. Yo mismo quedo asombrado de esta inusitada capacidad de retención de un suceso tan lejano, misma que no tengo para otras muchas cosas de la vida, más cercanas y recientes.
Por fin, hace poco cumplí una antigua aspiración: acudir a una hemeroteca y consultar lo publicado en la prensa de la época, comienzos de marzo de 1959. Revisé El Diario y hallé abundante información!
En medio de especulaciones insidiosas y referencias ofensivas sobre la supuesta “ayuda americana”, Time había afirmado, según palabras de un funcionario yanqui que no identificó, que el país no tenía remedio, que era mejor abolirlo, repartir Bolivia y sus problemas entre sus países vecinos. Bolivia presentó un reclamo formal al Departamento de Estado y su embajada en La Paz pretendió lavarse las manos afirmando que tales afirmaciones no habían salido de su personal. El asunto cobró dimensiones continentales, pues la mayoría de los países vecinos se vieron obligados a emitir pronunciamientos de apoyo a Bolivia.
Las expresiones de protesta no se limitaron a las manifestaciones estudiantiles del 2 de marzo. La Central Obrera Boliviana (COB) junto a las organizaciones de ex combatientes llamaron a su propia concentración en la plaza Pérez Velasco y una bulliciosa y nutrida marcha hasta la plaza Murillo. Los oradores hablaron desde el Palacio de Gobierno, entre ellos Hernán Flor Medina y Orlando y Capriles Villazón, por las organizaciones convocantes, el rector de la UMSA, Ernesto Pérez Rivero, el arzobispo Abel Antezana y el propio presidente Hernán Siles Zuazo.
El matutino de la calle Loayza el 3 de marzo le dedicó a los sucesos su titular de apertura, una página entera con fotografías y otras dos páginas de información minuciosa. En un lenguaje que hasta ahora conocemos se dice que “se están investigando las causas del deceso del estudiante Condori”, lo que se dijo es que la marcha estudiantil se dirigía por la calle Landaeta en dirección al colegio Bolívar cuando apareció una camioneta con hombres armados, quienes dispararon a los jóvenes. Condori fue velado en la universidad y tuvo un entierro apoteósico el miércoles 4 de marzo. Se informó también que de manera accidental una bala perdida había quitado la vida a Juan Maldonado profesional odontólogo que no tomaba parte en las manifestaciones.
Para no ser el único que se acuerde de esta joven vida, sacrificada en cierta forma en defensa de Bolivia, algo debería hacer al respecto el poderoso Ayacucho, ¿no les parece?