No podemos olvidar, por ejemplo, que en el cuartel militar de Viacha, convertido en prisión durante el régimen de Hugo Banzer Suárez, en 1972 una prisionera política dio a luz a una niña, bautizada por los presos como Libertad Bolivia.
La película Olvidados, ¿es una “redención de la dictadura”? Tengo la impresión de que la denuncia es más que contundente. Pesa más en el conjunto que la tardía confesión. A lo largo del film, los espectadores se identifican y se solidarizan con las víctimas de la represión y no con el personaje que, si bien está claro que goza de impunidad, tiene su propia cruz de remordimientos. Su arrepentimiento casi póstumo no le alcanza para redimirse, pesan más sus crímenes como operador de un esquema dictatorial.
El enfoque histórico. Tiene muchos elementos tomados de la realidad, hechos verificables históricamente. Por señalar algunos:
– El entrenamiento y adoctrinamiento de los militares latinoamericanos por parte de los Estados Unidos, la injerencia directa de ese país, incluido el rol coordinador de la CIA (Agencia Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés), la existencia inequívoca del “Plan Cóndor” cuyos archivos principales se hallaron años después en el Paraguay.
– El uso generalizado de la tortura y el asesinato, la desaparición forzada, el intercambio de presos políticos, el robo de bebés, la impunidad en la mayoría de los casos, la detención y el maltrato a mujeres y menores de edad. No podemos olvidar, por ejemplo, que en el cuartel militar de Viacha, convertido en prisión durante el régimen de Hugo Banzer Suárez, en 1972 una prisionera política dio a luz a una niña, bautizada por los presos como Libertad Bolivia, el parto fue atendido por un médico que también estaba detenido sin forma ni figura de juicio.
La construcción de los personajes. Se trata en todo caso de aproximaciones a la vida real, no puede ser de otra manera, más aún en una obra de ficción como es esta película. Si bien los estereotipos representativos son inevitables, no encuentro que los personajes estén construidos de forma maniquea. Hay debilidades humanas y cierta ternura en el milico, como hay contradicciones, peleas internas y comportamientos distintos entre los reprimidos.
HISTORIA. ¿Cómo quedan al final en la película la derecha y la izquierda? ¿Qué fidelidad hay en el filme con la historia? La derecha está comprometida con el terrorismo de Estado practicado por las dictaduras, la figura de Banzer no se limpia ni con el 22% de la votación ni con el agua lustral que le brindó el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) por hacerse del poder a como dé lugar, “cruzando ríos de sangre”. La izquierda, aún con sus pugnas internas y enfoques diversos, construyó el polo de la resistencia y en ese camino se hizo abanderada de la democracia y los derechos humanos. Pero ni esto ni el rol de las masas populares, excepto algunas manifestaciones callejeras, el film se proponía mostrar.
La dramatización de la violencia (de la tortura y otros hechos). Admito que en el conjunto las escenas de tortura pueden aparecer recargadas, no porque sean irreales, sino por cierta innecesaria reiteración. Los que hemos vivido en carne propia esas experiencias sabemos que esas escenas son plenamente creíbles, pero tenemos la inquietud de que en algunos espectadores de hoy, su uso excesivo provoquen rechazo antes que credibilidad.
La enseñanza, mensaje o sentimiento que deja la película ante el futuro. Me parece un intento válido para rescatar la memoria, una gran producción cinematográfica por su calidad artística, su cercanía a la realidad histórica y su posible y deseable efecto pedagógico: las historias que narra no deben volver a ocurrir.
Muchas instancias católicas apoyaron y avalaron a las dictaduras, eso es innegable; pero muchísimos curas y monjas dieron ejemplos de sinceras y arriesgadas acciones de solidaridad con los perseguidos.
Resulta injusto no reconocer esa otra cara de la medalla. Por otra parte, ¿se quiere significar una suerte de revanchismo actual cuando el funcionario masca coca retiene sin motivo al presunto hijo del militar moribundo? Son dos pinceladas caricaturescas de mala puntería que involucran a dos grandes actores bolivianos. Si a toda costa se quería meter en el reparto a David Mondaca y Jorge Ortiz, debió haberse ideado para ellos un mejor papel.