EEUU, la guerra Rusia-Ucrania y el fantasma del holocausto nuclear

Noam Chomsky, profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), importante lingüista e intelectual comprometido con su tiempo, invitado a un seminario sobre resolución de conflictos en el marco del Derecho Internacional, emitió opiniones sobre la actual coyuntura mundial cuyos fragmentos más significativos compartimos a continuación:

“Fijémonos en este mundo. Lamentablemente, es demasiado fácil hacer un inventario de historias horribles. En cada caso, la pregunta crucial es ¿qué se puede hacer para acabar o al menos mitigar esos horrores?…

“Un ejemplo verdaderamente aterrador es Afganistán. Millones de personas literalmente se enfrentan a la inanición, una tragedia colosal. Hay comida en los mercados, pero con todos sus fondos bloqueados en los bancos internacionales, la gente con poco dinero tiene que ver cómo sus hijos mueren de hambre…

“Pasemos a otro caso. Lo que la ONU describe como la peor crisis humanitaria del mundo: Yemen. El número oficial de víctimas alcanzó el año pasado las 370.000 personas. El número real no se conoce. El país, destrozado, se enfrenta a la hambruna generalizada. Arabia Saudita, la principal culpable, ha ido intensificando el bloqueo al único puerto que se usa para la importación de alimentos y combustible. La ONU está emitiendo advertencias extremas de que cientos de miles de niños se enfrentan a una inanición inminente…

“No es difícil encontrar más ejemplos. Veamos la mayor prisión a cielo abierto del mundo, Gaza, donde dos millones de personas, la mitad de ellos niños, viven “a dieta”, como lo llaman sus carceleros: suficiente para sobrevivir… Se han destrozado el alcantarillado y las centrales eléctricas con repetidos ataques de los que no se libran hospitales, residencias, población civil en general y todo sin un pretexto creíble… Las autoridades internacionales predicen que pronto la prisión será literalmente inhabitable. Las cosas no van mejor en la otra parte de los territorios ocupados, donde colonos y ejército no solo someten a los palestinos a un terror diario, sino que también les expulsan de sus aldeas destrozadas para hacer sitio a más asentamientos ilegales.

Podríamos seguir tranquilamente, pero vamos a dejar la lista de historias de terror para concentrarnos en el tema actualmente candente, y con razón: la invasión rusa de Ucrania que, por su carácter, aunque no por su escala, se sitúa junto a otros grandes crímenes de guerra como la invasión de Irak por parte de EEUU y Reino Unido, la invasión de Polonia por Hitler y Stalin y otros sombríos episodios de la historia moderna… Por ahora, las iniciativas de Putin sirvieron para descartar la perspectiva de una Europa independiente. Eso es un regalo inconmensurable para la política imperial de EEUU…

“La tarea inmediata es acabar con los crímenes que están devastando Ucrania. Si le preocupase en lo más mínimo el destino de las víctimas ucranianas, lo que EEUU debería hacer es acceder a participar en los esfuerzos diplomáticos para poner fin al ataque y plantear un programa constructivo para facilitar este resultado… Su elemento principal es la neutralidad de Ucrania: sin adhesión a alianzas militares hostiles, ni albergar armas que apunten a Rusia, ni ejecutar maniobras con fuerzas militares hostiles. Un estatus bastante parecido al de México y, de hecho, todo el hemisferio occidental que no puede entrar en una alianza militar dirigida por China…

“En resumen, un programa constructivo sería lo contrario a la política oficial actual de EEUU…

“Un elemento central en un programa constructivo es la neutralidad, que de hecho ya ofreció Zelenski y no respaldó EEUU… Por ahora los EEUU, con el apoyo de sus aliados, se niegan a hacerlo, condenando a los ucranianos a un destino sombrío…

“Y eso no es todo. La crisis de Ucrania amenaza con una guerra nuclear; lo que significa una guerra terminal. No se escapa nada. Y eso no es una perspectiva remota. Putin ya emitió una alerta nuclear, probablemente simbólica, pero no sabemos dónde podría acabar…

“¿Qué podemos hacer? La única opción es trabajar con fuerza educando, organizando y realizando acciones que consigan comunicar las amenazas que enfrentamos y movilizar al conjunto. No es una tarea sencilla. Pero es necesaria para sobrevivir”.

Carlos Soria Galvarro es periodista.