‘Devoto de Gutenberg’, del papel, el libro y la prensa escrita.
Justo el día de su cumpleaños 75, el periodista, escritor e investigador Carlos Soria Galvarro, también conocido como El Kechi, volvió a dar cátedra. Su retorno fue emotivo. Él dirigió un inusual conversatorio sobre “Periodismo e Historia” el 17, 18, 23 y 24 de julio. En el encuentro reivindicó la figura del ilustre guerrillero José Santos Vargas, autor del Diario de un comandante de la guerra de la independencia (1814-1825).
Soria Galvarro, en la inauguración del evento, se identificó como un “devoto de Gutenberg” pues, a pesar de los avances tecnológicos, en su vida continúa apelando al papel, al libro y a la prensa escrita.
En la clausura del conversatorio, el director de la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Edgar Pomar, le entregó un certificado de reconocimiento y destacó su labor como docente, historiador y especialista en el estudio de los andares del guerrillero Ernesto Che Guevara.
PERSONAJE. Carlos Soria Galvarro Terán nació en Parotani, Cochabamba, el 17 de julio de 1944. En su vida profesional trabajó en las radios mineras 21 de diciembre, La Voz del Minero, Televisión Universitaria, Canal 7, El Periódico de México, OʹDiario de Portugal, los semanarios Unidad y Aquí, el portal Enlared de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM), el Centro de Documentación e Información (Cedoin) y dictó cátedra en periodismo en la UMSA y en la Universidad Técnica de Oruro, reseñó el conocido periodista Gonzalo Viscarra.
Asimismo, mencionó que Soria Galvarro fue detenido, torturado y expulsado de Bolivia el 17 de julio de 1980, cuando cumplió sus 36 años. Recibió asilo político en México.
En su larga trayectoria escribió varios libros y ensayos, entre los que se destacan: Con la revolución en las venas: Los mineros de Siglo XX en la resistencia antifascista (1980); Vista al mar: Testimonios sobre el 17 de julio de 1980 (1982); Barbie-Altman: De la Gestapo a la CIA (1986); El Che en Bolivia (cinco volúmenes 1992-1996); Campaña del Che en Bolivia (1997); Coati 1972: relatos de una fuga (1997); Coloquio Antonio Paredes Candia y la cultura popular boliviana (2001); Contextos y Recuentos (2002) y Los andares del Che en Bolivia (2014).
TAMBOR. Tras detallar que José Santos Vargas, más conocido como el Tambor Vargas, en su Diario investigó y narró valiosos acontecimientos de la guerra de la independencia y recuperó parte del “imaginario de la época”, Soria Galvarro argumentó que ese personaje fue un gran periodista, historiador, narrador uy recolector de testimonios de la época.
Subrayó que incluso el novelista y cuentista boliviano René Poppe equiparó la narración de la muerte del guerrillero Eusebio Lira, incluido en el Diario, con los sublimes escritos del poeta y dramaturgo inglés William Shakespeare.
El texto del Tambor Vargas no se basó en la ficción. Al contrario, retrató de manera fidedigna, ecuánime e integral los hechos que se suscitaron en la guerra de la independencia. En su contenido se incluyeron diversos testimonios (parte y contraparte) y documentos escritos. Citando al historiador Roger Mamani, El Kechi explicó que José Santos Vargas, para obtener otras versiones, incluso apeló al testimonio de los prisioneros y los espías de la tropa enemiga.
RECURSOS. En ese marco, recomendó a los historiadores y periodistas que, como se escribió el Diario del Tambor Vargas, se puede matizar la narración de los hechos con la utilización de recursos literarios, pero sin caer en la ficción y en el retrato novelesco.
Eduardo Galeano, por ejemplo, en su libro Memoria del fuego introdujo datos, relatos cortos, sabrosos y picantes, pero fidedignos. Esos recursos hacen que el contenido sea más atractivo y agradable para el lector, añadió. Además, exhortó a la utilización correcta de diversas fuentes para la investigación histórica y comunicacional.
FUENTES. Para redondear algunas ideas, planteó varias pautas con el fin de combinar el periodismo con la historia. Señaló que un primer paso es encontrar al menos dos versiones, una a favor y otra en contra, sobre un determinado suceso. Uno segundo paso consiste en examinar archivos, testimonios, documentos y periódicos de la época. Tercero, entrevistar a expertos sobre el tema. Y el cuarto paso radica en contrastar los datos obtenidos. Solo después de cumplir esos procedimientos se puede elaborar un serio informe historicoperiodístico que se aproxime a la multiforme y compleja verdad.
El error que se comete frecuentemente es no confrontar fuentes. Frente a esto, se debe comparar, cruzar y jerarquizar los datos a la luz de la documentación. De esa manera, nuestra labor es intentar reconstruir adecuadamente los hechos. Ese es el esfuerzo que los periodistas y también los historiadores debemos encarar con ecuanimidad y profesionalismo, expuso.
TAREAS. En ese sentido, recordó que Alberto Crespo Rodas (1917-2010), quien fue su docente de la Carrera de Historia, en 1971, le inculcó una especie de “culto al documento”. No se trata sólo de transcribir tal y como está el texto, sino de cotejar testimonios, opiniones e interpretaciones. Se deben hacer preguntas sobre el escrito: interpretar lo que se está diciendo, en un contexto y bajo determinadas circunstancias. “Por eso soy periodista, pero inclinado a analizar e investigar temas de la historia”.
El conversatorio concluyó con varias tareas que los historiadores y periodistas tienen que encarar para reivindicar la heroica figura de José Santos Vargas. “Por ejemplo, el desafío es hacer una película del Tambor Vargas, antes de que se derrita el Illimani y no perder ese bello paisaje, donde los guerrilleros de la independencia derramaron su sangre para lograr la liberación de Bolivia”, recomendó.
Autora: Grecia Gonzales Oruño – La Razón 14 de agosto de 2019