Carlos Soria. El revolucionario de dos siglos adversos

De la pacífica vida en Parotani, a la aventura de un viaje que cambiaría su vida para siempre.

El joven Carlos Soria Galvarro, a sus 19 años descubrió el mundo, primero por su fascinación a la lectura y luego por su entrega en cuerpo y alma a la política.

Su aventura en la Unión Soviética lo enfrento al descubrimiento de una cultura distinta, pero sobre todo marcó el inicio de un viaje largo como el de Ícaro a la prometedora Ítaca.

Moisés – su alter nombre para sus compañeros de estudio – inició un proceso de formación política en la meca del comunismo.

Al retornar a Bolivia, se especializó hasta llegar a ser político profesional.

Su segunda casa, su hogar y su ecosistema natural fue la Jota, la juventud comunista, la escuela de formación política que delineó su vida y su pensamiento.

Ser estudiante universitario de historia en la Universidad Mayor de San Andrés, fue su segunda ocupación, la primera, la que dominó su vida fue ser político.

En la década del sesenta, ser orgánico del partido comunista significaba actuar y pensar en función de la liberación de la clase obrera.

En un mundo verdaderamente polarizado o se alineaba al capitalismo o al comunismo, dos de los fundamentos políticos que dominaban el debate.

Carlos, abrigo la senda de la izquierda y es su último libro, RECORDATORIO. Estampas de la segunda mitad del siglo XX, un recorrido autobiográfico en los que se detallan acciones, pensamientos y circunstancias de la vida y la pasión por el cambio. Por la revolución.

Hoy a principios de la década de los veinte, en el siglo XXI, con varios años como docente universitario, puedo afirmar que no encontré hasta ahora un joven que abrace la opción por la militancia política, como horizonte de vida.

Por eso este libro es un verdadero desafío para los universitarios de hoy.

El siglo XX no solamente fue el escenario de la guerra fría entre capitalismo y comunismo. En el caso de Bolivia y América Latina, fue el escenario de las dictaduras militares y la incursión guerrillera del Che, este último hito de la historia, fue el acontecimiento que marcó la vida de miles de jóvenes en el mundo y que Kechi Soria fue el encargado de reflejar, desde su investigación y su mirada de historiador y periodista en la serie de libros: “el Ché en Bolivia”.

El debate existencial del Partido Comunista, tubo su prueba de fuego con Ñancahuasú.

Quienes lean este libro “Recordatorio”, encontraran las claves para descifrar y entender este pasaje de la historia.

Valoro su interés de hacer de esta obra literaria un hipertexto, con enlaces a otros documentos por medio de los códigos QR. Invita al lector de hoy a acudir al celular para ingresar a documentos de respaldo y otros escritos para profundizar tópicos relevantes.

Este libro es un valioso intento por atraer la mirada de jóvenes que hoy navegan casi sin rumbo en la red del entretenimiento y del desconocimiento.

Volviendo a Carlos Soria Galvarro.

Su salida del partido histórico tiene que ver con esa máxima en su vida: la rebeldía. Luego de años de militancia férrea, su debate interno y el rigor partidario tiene un punto de quiebre.

Este pasaje de su historia personal, se encuentra en este libro.

Fue en las minas, frente a los micrófonos de las radios mineras que se abre un nuevo camino y se desata su otra pasión: el periodismo.

Carlos quien formó su intelecto en los libros y su análisis crítico de la realidad, devorando las noticias, aplicó su rigor de militante por un periodismo que hasta hoy le da autoridad de opinar sobre los vaivenes de la política en el país.

Desde su columna en la Razón, continúa haciendo lo que hizo durante toda su vida, marcar línea, es decir plantear una mirada delineando una corriente de la opinión pública que se abre paso, frente a otras tendencias contrapuestas, para dar al lector la opción de interpretar los hechos y buscar la verdad o comprende el trasfondo de las cosas.

El dominio de los géneros periodísticos, lo hace palabra autorizada para hacer que el lector se sienta interpelado frente a esa realidad adversa, llena de noticias falsas y posturas engañosas.

El inquieto explorador de la historia, encontró en la narrativa la manera de navegar en un mar de letras y logró que su tripulación, los lectores, disfrutemos del viaje.